El silencio de tus ojos

«Cuando llegas es inevitable darte cuenta de la magia que desprenden y, si eres buen observador, puedes apreciar tres cosas. La primera era la más evidente: éstos son aquellos que dan «problemas», que no tienen un «comportamiento adecuado», que impiden el correcto desarrollo de las clases, que no tienen segundas oportunidades. Aquellos en los que nadie cree porque supuestamente, nacen al margen y ya, desde esta sociedad, nos encargamos de que así siga siendo simplemente porque interesa, sobre todo porque son la cabeza de turco que justifica el mal funcionamiento del sistema; estos chicos agotan la paciencia, INEXISTENTE, de algunos profesores -que están ahí por comodidad y no por vocación-, que deberían ser una herramienta fundamental de apoyo y ayuda para estos chavales que finalmente acaban siendo separados de los demás, supuestamente, por el bien de todos; ¿qué implica esto? Supone que a estos chavales a los cuales nadie les hace caso (cuando son los que más lo necesitan), estén ahora en una clase aislados del resto, etiquetados como la clase problemática por parte de alumnos y, tristemente, de profesores que no creen en ellos.
Lo segundo que podías haber visto es cómo estaban sentados, cómo se miraban y cómo se les veía cuando hablaban, porque todo esto supone que, aunque su comportamiento en el instituto indica que no quieren estar allí o que no les importa nada, ellos en el fondo saben que ese es un sitio seguro, porque quizás ahora sea el momento de plantear que el lugar al que llamas casa no es tu hogar, y que el instituto es -y debería ser para muchos- él sitio seguro, donde puedes hacerle una trenza a tu amiga, donde puedes comentar cualquier cosa con tu compañero para distraerte y olvidar por un momento todo lo que vives en tu casa o en la calle; es incluso un sitio donde dejar volar tu imaginación y descubrir que tienes talento para el dibujo entre otras muchas cosas. Por esto, si estos niños no tienen hogar harán del instituto su hogar, pero su comportamiento en él dependerá de cómo vengan de esos lugares extraños e inseguros, y aún más importante de cómo se les trate y les etiqueten en ese lugar que ellos consideran seguro.
Por último y solo para grandes observadores que quieren serlo realmente… Habrías visto que esos niños quieren que los mires de verdad, que veas dentro de ellos porque detras de esos comportamientos, actitudes o como quieras llamarlo hay una historia detrás que los «justifican» y hacen que estos chavales sean diferentes del resto, simplemente, porque cualquier persona no sería capaz de soportar lo que ellos llevan a cuestas desde que nacieron. No pretendo justificar que lo hagan mal pero me gustaría que pensaras que quizás estén soportando problemas para los cuales no tienen herramientas, mucho menos soluciones; y menos aún capacidad de gestionar emocionalmente todo eso que atraviesan. Su mirada es el lugar donde podrás encontrar sus sueños, aspiraciones y anhelos pero desafortunadamente no todo es bonito ahí, deberás estar dispuesto a entrar en ese mundo privado que han creado y tienen dentro, muy dentro, para intentar llegar a ellos para ver y poder decir por un segundo que te has puesto sus zapatos y anduviste unos cuantos metros con ellos.
Es de vital importacia ganarte a estos niños y tienes poco tiempo para hacerlo. Nunca te los vas a ganar mostrando que tienes autoridad que radica en el poder, pues están hartos de ver abusos de autoridad; tampoco lo harás mostrando un autoridad basada en el conocimiento científico, que por supuesto, desconocen; y menos aún intentando entrar a ellos haciendo uso de la fuerza. Solo demuestrales que eres cercano a ellos que entiendes lo que ven cada día en su casa o en la calle y te verán como un IGUAL, solo entonces y desde ese punto podrás empezar a trabajar. El trabajo no es solo una intervención bien planificada o cumplir todos los protocolos dispuestos para «esos casos». Una intervención puede ser que el chaval venga a ti y te pregunte algo sin relevancia, para finalmente decirte que tiene un SUEÑO, quiere ser futbolista por ejemplo; en ese momento ya has conseguido una conexión con ese niño que por más insignificante que parezca tiene una importancia tremenda. Si por casualidad ahondas un poco más, verás que es un niño normal que quiere ser feliz y cumplir los -pocos- objetivos que tiene solo que las circunstancias que le rodean le cohiben e impiden soñar libremente. Pero sobre todo, hagas lo que hagas, corresponde a ese niño con sinceridad, un trato de igual a igual y ese apoyo tan fundamental en la vida de un niño falto de AMOR.
Solo después de haber vivido esta maravillosa experiencia (gracias) y de haber visto lo que pude ver -que no fue mucho- puedo decir que ese era mi objetivo pero no lo supe hasta que llegué;. Simplemente, deseaba ayudar a los nenes que vieran que otra realidad es posible y que a pesar de todo se puede salir de cualquier sitio; por más en la mierda que estés. Para reflejar todo eso use mi propia historia, demostrandoles que no era inmortal por mas que lo creyera; que todo lo que hice tiene una consecuencia; y aunque evitemos verlo las personas con las que nos juntamos o llamamos amigos no son lo que nos conviene -algunas veces- y nos llevan por sitios a los que no queremos ni debemos ir, pero aún así allí nos plantamos sin más razon que aquella de que un «amigo» nos lo ha dicho. Me descubría ante ellos, les dejaba entrar en ese aspecto vergonzoso de mi vida y les contaba una historia -jamás dicha en alto- que intento no airear y dejar que se llene de polvo en el pasado; una historia con la que pretendía influenciarles y hacerles ver que nada es tan malo como parece y que cualquiera puede cometer un error:
Pertenecí a una banda, ULTRAS, como se hacen llamar, estuve con ellos una temporada y media aproximadamente; entré aquí porque me ví solo y pasaba por una mala época. Hacía unos años murió mi gran amiga, muy cercana y un pilar fundamental en mi vida, me sentía perdido; además, estaba triste y dolido con todo; mi frustración me llevó a enfadarme con todo y todos, a pensar que mi situación era la más injusta del mundo. Por eso no ví nada malo en entrar a un grupo de estas características, cuyo pilar fundamental, es hacer al enemigo cuanto más daño mejor. No me resultó difícil la entrada porque tenía un conocido en el grupo, lo cual me abrió las puertas fácilmente. Siempre enfadado, dolido y triste; sobre todo vacío porque a pesar de tener sentimiento de pertenencia a un grupo y verte respaldado por la «familia» , no has hecho nada por solucionar la situacion ni los problemas que te acechan que te sujetan a la cama para que no te levantes. El odio, la ira y la euforia junto a las descargas de adrenalina cada vez que asistías al punto de reunión los fines de semana solo enmascaran ese vacío y esa basura de persona que estás siendo, tomando malas decisiones y haciendo mal todo lo que puedes hacer mal. Finalmente,
me di cuenta de que no quería estar más allí pero salir es mucho mas difícil que entrar por no decir que nunca se deja de ser un Ultra mientras estés vivo; afortunadamente, se dieron una serie de sucesos que me permitieron salir airoso del grupo. Primero, forjé una buena relación con el jefe lo que me daba vía libre para salir sin órdenes de que nadie tomara represalias; segundo, un grupo reducido de Madrid con ansias de expansión pretendía formar una filial de su grupo en la zona en la que actuábamos, de ideología opuesta a la mantenida hasta ese momento en el grupo al que pertenecía, ésta situacíon creó una fractura irreversible entre varios compañeros y el grupo. La confusión y las peleas internas permitieron que pasara desapercibido; tercero, último y más importante, ví como un policía pisaba la cabeza de un amigo contra el suelo para inmovilizarlo mientras su madre lo veía.
Mientras hablaba y cuando acabé, me miraban atónitos y supongo que flipando un poco
también, creo que ahí fue cuando me di cuenta de que quizás a alguno le dejé huella y para mí eso es más que suficiente y mi granito de arena en la vida de estos chavales. Esa fue mi vida allí, siendo un ultra, y no me arrepiento de haber estado (sí de cosas que hice) pero tampoco me enorgullezco: aprendí varias cosas y diría que la más importante es proteger a los tuyos esté quien esté enfrente. Por último y por si algún chaval lee esto que sepa que seguí estudiando que no lo dejé y aunque me costó, acabé mi instituto, el bachillerato; estoy cursando estudios universitarios, tengo una novia preciosa y estoy feliz y orgulloso de ser quien soy. QUE UN ERROR DE TU PASADO NO MARQUE TU FUTURO»

Para concluir, he de decir que este taller, ANIMADO,IMPULSADO, MOTIVADO, DIRIGIDO CARISMÁTICAMENTE POR UN PEAZO DE PROFESIONAL COMO ES MIGUEL ÁNGEL CABALLERO , en el IES HISPANIDAD en Santa Fé, ha sido fantástico y me ha abierto los ojos respecto a muchas cosas que ignoraba tanto de los institutos como la forma en la que se hacen las cosas en estas instituciones; y las circunstancias que arrastran muchos niños -más de los que deberían-.
Destacar la hermosa labor que está llevando a cabo el equipo directivo y ánimo a todos losprofesores implicados que son participes de esta idea novedosa que confían en estos
chavales y están dispuestos a darles una oportunidad, herramientas y conocimientos para que sigan adelante a pesar de su situación porque al fin y al cabo solo son niños que necesitan
AMOR, CARIÑO Y APOYO.

Firmado: James

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